ilustraciones de los sonetos lujuriosos de Giulio Romano
que aunque lo tienes dentro, ¡y bien metida!
están mis manos en tus pies, querida,
y puedes ver mi culo regalada.
- Cierto que así me tienes enfadada
mal llenando al revés la vulva herida,
que vivos deseos consumida
quisiera verse a gusto fornicada.
Mas no creas que así podrás gozarme.
O te vuelves, y juntas pecho a pecho,
o habrás, si has de acabar, de maltratarme.
- No, ¡por Dios! Antes bien tantas caricias
te haré con verga, dedos, lengua y dientes
que has de nadar en mares de delicias.
Es más, por bien saciarte en este instante,
cambiaría esta corta pieza mía,
- Por… - Si has de pedir, recuerda al elefante.
Pietro Aretino. Arcadia: Medellín, 1987.
Psicóloga Alejandra Quintero R.
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