La respuesta es muy sencilla: No le pare bolas, no se asuste, no grite y no se sienta intimidado.
Una de las situaciones que más excita al exhibicionista callejero es que lo observen y le presten atención. En caso de que grites o lo insultes, él estaría muy plácido pues logró su cometido; así que te aconsejo que actúes como si no hubiera pasado nada, y el que se intimidará será otro.
Aquí te dejo con una posible solución en caso de que te llegues a encontrar con algún exhibicionista en la calle.
"Siéntese en El Diván Rojo y hablemos de sexualidad"
2 comentarios:
hola Aleja,
Muy gracioso....al menos en este caso si podríamos afirmar que "El tamaño si importa".
Saludos
El exhibicionismo existe por culpa de los prejuicios sociales y religiosos...
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