lunes, 19 de noviembre de 2007

Mi experiencia erótica académica en el Metro de Medellín


Cada vez que monto en el metro de la ciudad aprovecho el tiempo leyendo… y ya saben Ustedes lo que leo, erotismo, sexualidad y sexología. Pues bien, me ha parecido más gracioso que intimidante el hecho de que todas aquellas víctimas me miren o miren mis textos con sorpresa pero con ansias de leer aquellas palabras erotico-trasgresoras para sus mentes.

Es muy simple imaginar lo que me pasa. Piense Usted en el Metro de Medellín, ciudad localizada en el país del Sagrado Corazón de Jesús; en un vagón atestado de gente, en una de las sillas, una chica saca de su bolso un libro que se llama: El libro del pene, saca lapicero y regla, abre el libro en la parte separada y empieza a leer. Todos alrededor empiezan a mirar, se mirar y vuelven a mirar el libro, el cual he descubierto, miran de reojo.

Una vez me pasó leyendo el Informe Hite, que un joven seguía la lectura detenidamente casi encima de mí, y antes de bajarse, me preguntó: ¿Cómo se llama el libro y dónde lo compró para ir por él?

Otro día me pasó que iba muy elegantemente vestida en el metro y una muchacha mire que mire, ella se bajó en la estación que le correspondía. Tiempo después me encontré con una amiga, que me dijo que estaba muy cambiada e irreconocible, que una vez iba en el metro y ella me miraba y pensaba, esa mujer se parece a Alejandra, pero no es ella. Antes de bajarse de la estación yo moví el libro y ella vió el título: El libro del pene, entonces pensó: “Esta tiene que ser Aleja”, pero en ese momento salía del metro con urgencia antes de que se cerraran las puertas.

Así que si algún día ven a una mujer con un libro de literatura erótica a la mano, posiblemente estén frente a mi.

(Nota: Espero que hayan más hombres y mujeres que se atrevan a leer contenidos eróticos en el metro, esto es absolutamente favorable, pues incrementa los hábitos de lectura así sea el de los vecinos del lado)

Ver campaña del Metro que promueve la lectura.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Leia yo su experiencia erótico-literaria en el metro y me daba risa, ya que mentalmente me "transportaba imaginariamente" yo mismo, al estar en una situación como esa. Y la verdad, es que en el fondo, apesar de ser una situación para mi, algo intimidante, muy en el fondo, ME FASCINA, ya que siento que usted es un poco.....iconoclasta, en el sentido que quiere derrumbar imàgenes mentales creadas por la sociedad reprimida y represora. Es como llevar un libro que se supone no se debe leer en un lugar como esos y pensar que usted si lo hizo, con la unica finalidad de...VER SIMPLEMENTE QUE PASA....es algo !!!Fascinante¡¡¡ que pondrè a prueva en mi propia vida.
Hoy estaba en una reunión de la oficina y recordaba este artículo y me llegó a la mente, la siguiente idea alocada pero deleitante y era....PENSAR QUE TODAS ESTAS "VIEJAS" (Compañeras de trabajo) estàn todas acartonadas y muy intelectuales y en el fondo...todas estan desnudas debajo de todos esos trapos (vestidos) caros que llevan y con los cuales "chicanean". Parece una idea tonta o una imagen apenas obvia....pero si vieras las posibilidades erotico-íntelectuales que se me despertaron.....GRACIAS ALEJA...POR SER UNA ESPECIE DE....CHISPA que hace que uno piense y sienta distinto

Atte. MARCENARO...

Anónimo dijo...

Aleja, debe ser muy incómodo una leyendo y otros ojos encima, según las normas del glamour, es mala educación leer por encima de otra persona. Me gusta que mires la sexualidad como lo que es, natural, ojalá todo el mundo lo supiera asumir así.

Un abrazo cálido!